La banda peruana Astronaut Project anunció recientemente una serie de conciertos por Argentina y Uruguay durante mayo. Son, en total, seis presentaciones por Buenos Aires, La Plata y Montevideo.
El proyecto comandado por el limeño Alberto Zegarra llegará a este lado del continente para presentar su más reciente disco, Volver (2017), en el cual se incluye “Dreams“, una de las mejores canciones peruanas del año pasado según Indie Hoy.
Canciones compuestas, ejecutadas y grabadas por Alberto Zegarra, vocalista de las bandas The Wolios (Indie Rock) y Corrosion (Industrial Metal), en un afán de explorar un lado más melódico y diferente para los oídos.
Influenciados por Suede y Russian Red, los peruanos exploran por canciones del mundo del pop.
Esta será la primera vez que Astronaut Project visite Argentina y Uruguay, pero la tercera en el exterior: anteriormente pasó por el Primavera Sound de Barcelona (2017) y el Festival de la Cerveza de Guadalajara, México (2015).
Una de las presentaciones en Buenos Aires será en la Usina del Arte, por lo que la entrada es gratuita. Este show contará con Naomi Preizler de invitada. A continuación el desglose completo de las fechas:
11 de mayo: Festival Montevideo Capital de la Música Emergente – Centro Cultural España, Montevideo, Uruguay
12 de mayo: Plaza Monterroso / New Paris, Montevideo, Uruguay
13 de mayo: Centro Cultural Terminal Goes, Montevideo, Uruguay
17 de mayo: Lugar a confirmar, La Plata, Argentina
18 de mayo: Plasma, Buenos Aires, Argentina
20 de mayo: La Usina del Arte, Buenos Aires, Argentina
Como Llegar
En Colectivo: Línes 8, 20, 130, 152, 64, 29, 168, 29, 33, 86, 93.
Web: usinadelarte.org
La Usina del Arte
Ubicada en la Avenida Pedro de Mendoza entre Agustín Caffarena y la Avenida Benito Pérez Galdós con acceso por Caffarena al 1, en el barrio de La Boca, fue construida por la Compañía Italo Argentina de Electricidad con proyecto del arquitecto J. Chiogna. Los trabajos para la construcción empezaron a mediados del año 1914, y fue puesta en servicio en los primeros días de enero de 1916. Tuvo sucesivas ampliaciones en los años 1919 y 1921 para aumentar el suministro de energía eléctrica que demandaban los establecimientos fabriles instalados en una ciudad que, además, crecía aceleradamente, y debido también a la electrificación de las redes tranviarias. La usina ocupa una superficie de terreno de 7.500 m2; su morfología y materialidad tienen reminiscencias de un palacio florentino.
La usina tenía una dotación de 12 calderas productoras de vapor a través de la combustión de petróleo, vapor que impulsaba a las turbinas de generación de energía que alcanzaban a 5 unidades. Las calderas ocupaban el recinto de la nave mayor y los turbo-generadores la nave contigua de menor tamaño. El agua de refrigeración se captaba desde la Dársena Sud por medio de tomas bajo nivel con filtros. A través de un canal de descarga el agua volvía al río. Un sistema de bombas accionadas por turbinas a vapor impulsaba el movimiento de circulación del líquido. La provisión de combustibles estaba asegurada desde la misma Dársena por una cañería que conectaba la usina con las lanchas que lo transportaban. Durante períodos de escasez se quemaron otros combustibles como carbón, maíz, luego fuel-oil y finalmente gas. Las chimeneas que coronaban el edificio humeaban constantemente, a pesar que parte de los locales auxiliares del edificio estaban destinados al personal técnico y de administración, y a las viviendas de altos jefes y funcionarios de la empresa.
La usina fue proveedora de empleo durante muchos años a la oferta de mano de obra localizada en este barrio. Luego de la venta por sus propietarios al Estado Nacional, se incorporó a SEGBA quien a su vez la transfirió a EDESUR. Más tarde fue operada por la firma metalúrgica ACINDAR, hasta que en 1997 esta última decidió liquidarla debido a la sobreoferta energética y a los costos operativos de la Central. Sus instalaciones fueron desmanteladas y vendidos sus componentes.
Finalmente el GCBA adquirió el bien con el objetivo de salvaguardar un bien de gran valor patrimonial, cultural y arquitectónico para la ciudad, revitalizar la vinculación estratégica de Puerto Madero con la ribera boquense y dotar a la Ciudad de Buenos Aires de un nuevo centro cultural de perfil internacional.