30. Savages – Adore Life
Matador
Tres años después de su imponente debut Silence Yourself, Savages retornó para romper el eco de las promesas hechas. Pureza, contundencia, soberbia y profundidad eran solo algunos de los requisitos que aquel gigante estándar autoimpuesto les exigía. Adore Life redobla la apuesta, demuestra que las Savages son temerarias en su propuesta y saben exactamente el pulso con el que se mantiene su obra. Adore Life es visceral, movilizador, explosivo. Explora y demanda una mayor apreciación de la vida, exteriorizando aquello que la hace tan complejamente excitante: el amor, el deseo, el anhelo por algo más, las inescapables expectativas y decepciones. Impulsa a ir contra lo normalizado, cuestionar lo impuesto, empujar los límites de la experimentación. Impone tajantes cuestionamientos a los que propone esenciales respuestas. Y lo hace con un invencible magnetismo sensorial: bajo punzante, acordes hipnóticos, dinámicos cambios de ritmo y… la magnífica Jenny Beth. – Agustina Checa
29. Pet Shop Boys – Super
X2
Con doce canciones, Super es tanto para la pista de baile como para la introspección hedonista que busca el éxtasis en los rítmicos sonidos del house. A diferencia del disco anterior, los Pet Shop Boys se empatizan un poco más con el trance y el deep house, sin dejar de lado su amor por el synthpop. Canciones como “Happiness” y “Pazzo!” nacieron para ser parte de la escena electrónica ya que son buenas resignificaciones de sonidos actuales influenciados por la sabiduría de una larga trayectoria haciendo bailar a la gente. En definitiva, Super es un excelente disco que sin buscar llamar la atención y querer gritar “modernidad”, logra muchas matices interesantes, sensitivas y fundamentalmente bailables. No se repite, no busca caer en el cliché y su lírica es un llamado de atención a todos esos chicos amantes de la escena de los clubs. Dedicado a todos aquellos que salen por y para la música. – Reseña completa – Santiago Qura
28. A Tribe Called Quest – We got it from Here… Thank You 4 Your service
Epic
We Got It From Here… Thank You for Your Service es el sexto disco de la banda y el primero en dieciocho años desde la edición de The Love Movement, en ese lapso la banda se disolvió por diferencias personales entre sus miembros, enfrentó y negó rumores de un nuevo material y hasta se reunieron brevemente para participar del Yeezus Tour de Kanye West. Fue en el 2015 tras una presentación en el programa de Jimmy Fallon que la banda se enteró del tiroteo sucedido en Le Bataclan y decidió dejar de lado sus diferencias para ponerse a trabajar, ahora sí, en un nuevo material. We Got It From Here… mantiene el sonido clásico y brutal de la banda y demuestra que su relevancia y vigencia siguen intactas. Uno de sus atractivos son las participaciones de figuras como Jack White y Elton John que prestan su guitarra y piano respectivamente y también sus voces en “Solid Wall of Sound”, el mismo Kanye West en “The Killing Season”, Kendrick Lamar en “Conrad Tokyo” o Andre 3000 en “Kids”, entre otros. A su vez, el disco terminó convirtiéndose en el trabajo final de Phife Dawg, ya que éste falleció en marzo de este año, solo ocho meses antes de la salida del álbum debido a complicaciones con la diabetes. – Daniela Álvarez
27. Solange – A Seat at the Table
Saint / Columbia
Lo bueno se hace esperar. Aunque sabemos que el refrán no siempre cumple, en el caso del primer LP de Solange, la promesa incluso se queda corta. Para todos aquellos que quedamos embobados gastando en replay las magníficas composiciones de su EP True por tres años, esperar el primer larga duracion de Solange costaba porque ya se podía anticipar su grandeza. Para quienes se adentraron en este nuevo disco sin precedentes, el golpe debió ser incluso más aplastante. Es que, miente el que diga lo contrario: A Seat at The Table sacudió al mundo. Poco después de su lanzamiento, “Don’t Touch My Hair” se convirtió en un tarareo mental universal y Solange dejo de ser “la hermana de Beyoncé” para convertirse en una deidad en sí misma. ¿Qué tiene de monumental A Seat at the Table? La fortaleza compositiva desde donde se erige, sus importantes colaboraciones, la firmeza de una artista que apuesta con convicción a sus elecciones estéticas, pero, sobre todo, la urgencia y elocuencia de sus reclamos líricos: igualdad social, ya sea en términos de raza o a través del empoderamiento de la mujer, que encuentra en Solange, su imagen, ejemplo y sentidas palabras, un nuevo referente en su lucha contra un mundo tradicionalmente opresor. Un disco tan grande como A Seat At the Table inspira, regenera las energías perdidas y nos invade de esperanza. Entre los anhelos generados, en mí genero la necesidad de vivir hasta que en un futuro lejano hagamos referencia a Beyoncé como “la hermana de Solange”. – Agustina Checa
26. The Brian Jonestown Massacre – Third World Pyramid
Bomp! / TVT / Tee Pee
Existen pocas bandas en la actualidad que sean tan prolíficas como esta. Siendo una gran influencia para muchos artistas nuevos, The Brian Jonestown Massacre viene pisando fuerte hace varios años y se reinvindica en lo suyo cada vez que aparece material nuevo en su discografía. Este es un disco que nada tiene que ver con lo que vimos alguna vez en Dig!, el documental dirigido por Ondi Timoner que mostraba las locuras, las peleas y los excesos de Anton Newcombe y sus compañeros en una relación de amor-odio. Este álbum es el fruto de un gran proceso de maduración musical y de la continua búsqueda para ir más allá del sonido tradicional del rock psicodélico. Third World Pyramid fue totalmente producido y grabado por Newcombe en su estudio de Berlín y se convirtió en el decimoquinto trabajo de estudio del grupo que se presentó hace poco en nuestro país y que dejó a más de uno con un lindo viaje adentro de la cabeza. Si hay algo que podemos afirmar es que los tiempos cambian al igual que la industria musical y la gente en sí, pero nadie negaría que estamos frente a una de las bandas más eclécticas e innovadoras de los últimos tiempos. ¿Las favoritas?: “Don’t Get Lost”, “Government Beard” y la homónima “Third World Pyramid”. – Florencia Garrido
25. Warpaint – Heads Up
Rough Trade
Salir de lo convencional en el mundo de la música puede ser un arma de doble filo y no todos los artistas se arriesgan a probar con fórmulas nuevas o experimentar con géneros por los que nunca antes habían transitado. Las chicas de Warpaint grabaron en solo cuatro meses el sucesor del disco homónimo de 2014 y nos sorprendieron con sonidos algo oscuros y con canciones que nada tienen que ver con las de The Fool (álbum debut de 2010) o con el EP Exquisite Corpse. Acá el talento y la energía se fundieron para armar un álbum quizás complejo y rebuscado a primera escucha, pero que con el paso del tiempo hace que por 52 minutos nos perdamos en atmósferas variadísimas y lo disfrutemos una y otra vez. Las chicas salieron a expandir sus horizontes y a acercarse a lo desconocido porque, después de todo, quizás la música se trate de explorar, crear o reinventarse. De más está decir que con este álbum lo lograron y aún les queda mucho más por hacer. Afortunadamente hay Warpaint para rato. – Reseña completa – Florencia Garrido
24. Las Kellies – Friends & Lovers
Fire Records
Con más de diez años de carrera encima, Las Kellies presentaron este 2016 su cuarta placa discográfica bautizada Friends & Lovers. Editado por el sello internacional Fire Records, el nuevo disco presenta un sonido post punk mucho más definido, con melodías potentes y bailables. La banda de Cecilia Kelly, Silvina Kelly y Manuela Ducatenzeiler (actual bajista del grupo y con quien grabaron por primera vez), en los últimos años se había caracterizado por enlazar distintos estilos musicales y aportar una formidable cuota de dub. Pero en Friends & Lovers, las chicas se despojan de la electrónica para ofrecer un sonido más real, sin condimentos y que las remonta a sus orígenes. Canciones llenas de frescura cuyas letras se centran en la temática de las relaciones humanas, los amigos y amantes, etiquetas con las que Las Kellies les gusta jugar y reflexionar. La rockera “I Dont’ Care” y “Summer Breeze”, con su sonido hipnótico, fueron los primeros cortes de difusión y resumen un poco los puntos fuertes de la banda. Las Kellies es un trío con una poderosa naturaleza creativa, que las vuelve impredecibles y este año nos volvieron a sorprender. – Giuliana Bleeker
23. Las Piñas – Espanto Caribe
Crang Records / Hallo Discos / Yippee Ki Yay Records
Una de las mayores revelaciones del año en la escena de la música independiente se concibió en La Plata. Antonela Périgo y Sofia Cardich conforman Las Piñas y tranquilamente podrían haber nacido en la costa californiana. Su disco debut, Espanto Caribe, conforma un viaje sonoro repleto de guitarras distorsionadas y baterías furiosas que nos transporta tanto al surf rock de la costa este como a las calles de Georgia que en los ’70 vieron nacer a los B-52’s más lo fi (a años luz de “Roam” y “Love Shack“). En su primer trabajo, Las Piñas suenan irreverentes, seguras y con un sonido muy propio acompañado por letras que evocan paisajes audiovisuales dignos de una película de Harmony Korine o incluso Tarantino. El rock se viste de mujer y da a luz el debut más fresco y atractivo del año. – Federico del Val
22. Queridas – Heridas
Polvo Bureau
El primer LP del proyecto liderado por el rosarino Andrés Yeah (también integrante de Mi Nave), encuentra un punto de equilibrio casi perfecto entre el shoegaze y el pop minimalista. La letras de cada canción, que están cargadas de confesiones de ansiedades, suenan honestas en la voz de Josi Mai; mientras que los arreglos de guitarra son delicados y precisos, consiguiendo finalmente construir sobre bases sintetizadas un estilo tan elegante como melancólico. Temas como “Rota” y “Pasantía” llegan a ser poéticamente certeros, aunque el resto del disco también transita por melodías en clave pop y paisajes hermosamente desolados. – Laura Camargo
21. PJ Harvey – The Hope Six Demolition Project
Island
The Hope Six Demolition Project es el noveno álbum de estudio de PJ Harvey y se destaca por surgir de la intersección entre la música y el periodismo: la artista documentó los viajes que realizó junto al fotógrafo Seamus Murphy a Kosovo, Washington D.C. y Afganistán. El nuevo material continúa la línea politizada de Let England Shake, lo que puede resultar frustrante para quienes anticipaban otro cambio radical, pero hay puntos de divergencia fundamentales a destacar: Let England Shake tenía una mirada historicista, autocrítica y localista, y observaba el pasado británico (puntualmente el colonialismo y la Primera Guerra Mundial) para hablar de la situación geopolítica contemporánea. La metodología ahora es la opuesta: The Hope Six Demolition Project se inmiscuye en paisajes extranjeros para, desde una óptica global, denunciar el presente colapso del mundo en sus diversas formas: extrema pobreza, imperialismo monopólico, tragedias bélicas y capitalismo corrupto. Más allá de toda posición ideológica, en términos puramente sonoros The Hope Six Demolition Project es uno de los mejores y más logrados discos de PJ Harvey, realizando una deconstrucción del zeitgeist tan fatalista como musicalmente estimulante. Dadas las circunstancias en las que se ve sumido el país el día de hoy, resulta una escucha particularmente relevante, y si Polly Jean viniera y escribiera una canción titulada La Revolución de la Alegría, no debería sorprender a nadie. – Reseña completa – Bartolomé Armentano