10. King Krule – The OOZ
True Panther / XL
Pocos esperaban que Andy Marshall fuese capaz de entregar esta vez un disco superior a su deslumbrante debut oficial, 6 Feet Beneath The Moon (2013); pero el colorado de 23 años lo hizo de nuevo, e incluso mejor. The OOZ es una mágica producción de un poco más de una hora de duración que a lo largo de 19 sólidos temas nos ofrece un tour sonoro que fusiona sin recelos y con gran pericia la nostalgia del jazz, la frescura del R&B, la fiereza del postpunk, la energía del punk rock y hasta el enigma del triphop. Y lo mejor es que no se asemeja para nada a su antecesor. El británico demuestra entonces ser un veinteañero que parece haber vivido ya mil años, y que por medio de baladas sofisticadas como “Slush Puppy” y “Lonely Blue” puede erizarnos tanto como una canción de amor de Louis Armstrong de comienzos del siglo pasado; mientras que en “Dum Surfer” nos seduce con un sonido contundente y oscuro; así como en otros momentos teje incluso atmósferas siderales que se mezclan con pasajes de poesía recitada en español y en inglés –léanse los interludios “Bermondsey Bosom (Left)” y “Bermondsey Bosom (Right)”, respectivamente-. Toda una obra maestra por parte de uno de los artífices más aventajados de esta generación. Bowie estaría orgulloso. – Laura Camargo
09. Usted Señálemelo – II
Independiente
Sin dudas, lo que II pierde con la poca originalidad de su nombre, lo gana en la búsqueda musical presente a lo largo de todo el disco. Lejos de repetirse, los Usted Señálemelo optaron por correrse de una fórmula que les había funcionado e inclinarse hacia una frescura musical de experimentación instrumental y compositiva. El disco fue grabado por Lucca Beguerie Petrich y su padre en el estudio familiar de Godoy Cruz, mezclado en Brooklyn y masterizado en el Mastering Boutiqe de Nueva York. En total se trata de 11 temas atravesados por una impronta espacial que recorren un fino universo sintetizado made in Mendoza. Entre ellos hasta hay lugar para una pequeña pieza instrumental (“Rhodulo”), quizás la única conexión con aquel primer disco que también incluyó una breve canción sin voces. En entrevistas previas, los tres miembros del grupo habían dejado bien en claro que su segundo trabajo sería concebido como un todo y no de manera segmentada. De esta forma, la nueva placa apunta a un concepto común apoyándose en cada canción como parte de esa idea. El resultado es un producto maduro, repleto de detalles que retrotraen a décadas pasadas y al mismo tiempo nos conectan directamente con la movida alternativa actual. – Stefano Puliafito – Reseña completa
08. The xx – I See You
Young Turks
Tras cuatro años de espera, The xx lanzó en enero su tercer disco de estudio. Tal como habían prometido, para este disco se alejaron de las atmósferas oscuras de sus trabajos anteriores y eligieron un camino más luminoso y rítmico, y el resultado es, entonces, un disco de expansión. I See You llegó después de que Jamie xx se aventurara en su disco solista In Colour, que lo catapultó como uno de los productores más interesantes de la actualidad. Para el tercer disco de su banda, trasladó su pericia electrónica y aumentó la cuota de canciones bailables, aunque también dejó lugar para momentos más introspectivos. En este tiempo, el cantante Oliver Sim luchó contra su alcoholismo y las letras reflejan su montaña rusa de emociones, sin soltar el optimismo que es la marca registrada de este disco. Lo presentaron en Argentina y lo acompañaron con una cuota visual a cargo del fotógrafo Alasdair McLellan, que pintó un nuevo imaginario visual para el trío británico, cada vez más cerca de lo mejor de Gus Van Sant. Porque desde el comienzo que The xx es eso: atmósferas y emociones que se disfrutan con las imágenes proyectadas en nuestra mente a ojos cerrados. – Rodrigo Piedra
07. SZA – Ctrl.
TDE / RCA
Ctrl resulta ser un gran cocktail de R&B alternativo combinado con muchos otros estilos. Desde el minimalismo de un par de golpes y efectos sonoros de “Anything” y la simpleza de una guitarra en “20 Something” hasta el R&B con percusiones traperas de “Love Galore” y “Garden (Say It Like That)”, pasando por el pop estilo ’70s de “Prom”, los beats contundentes de “Pretty Little Birds” y el neo soul de “The Weekend”. Bajo la producción de Terrace Martin, Scum, Bakon, THANKGOD4CODY, Carter Lang y Punch, entre otros, Solána Imani Rowe navega los diferentes ritmos y tempos, adaptándose a la perfección a cada situación, haciendo gala de su versatilidad y sacando a relucir su increíble voz en absolutamente todos los temas. Como si se tratara de un diario íntimo de su adolescencia/juventud, Rowe invita al oyente a un recorrido a corazón abierto por su pasado. Lidiar con chicos, baja autoestima, soledad, valorarse a uno mismo y el deseo de ser una chica normal cuyo novio le presente a la madre. Estos son sólo algunos de los tópicos sobre los que canta Solána. El disco nos lleva a un viaje en una montaña rusa de emociones para culminar con “20 Something”, una canción más actual, en la que Rowe se muestra como lo que es: una veinteañera que parece disfrutar de su vida, a pesar de no estar libre de conflictos. – Maximiliano Rivarola
06. Los Espíritus – Agua ardiente
Independiente
Agua ardiente, el tercer álbum de Los Espíritus, es un viaje psicodélico a puro pánico y locura por las calles de La Paternal. Prieto, como un Damon Albarn porteño, es un artista inquieto y creativo que capitaliza sus ansiedades en proyectos musicales y Los Espíritus es su proyecto más ambicioso, acaso su Gorillaz. Las diez canciones del disco parecen, en apariencia, sencillas, pero al terminar de escucharlo, nos eternizan en una pausa mística, en un registro distinto que requiere una pronta repetición. Las melodías lisérgicas de Miguel Mactas son la base de este cóctel musical anacrónico que bien podría sonar en una película de Tarantino como en una vereda porteña un día de calor. Agua ardiente es una de las mejores producciones del año porque, mediante su blues acompasado nutrido de un rock setentoso, sintetiza una tradición musical argentina materializada en épocas doradas con miras a devolverle al presente, un estatuto ausente, sacudiendo una escena algo monótona y carente de producciones tan clásicas y modernas al mismo tiempo. – Guido Arch
05. Lorde – Melodrama
Republic / Lava
A simple vista, el segundo disco de Lorde es engañoso. Por fuera parece un disco de ruptura lleno de canciones que aluden al despecho y a la desorientación que vienen luego de la pérdida del ser amado. No obstante, la neozelandesa utiliza el final de una relación amorosa para expresar su transición a la madurez logrando (tal vez sin proponérselo) una radiografía de una generación que vive en un mundo cada vez mas inestable y cuyos referentes parecen estar desapareciendo. Lo que hace de Melodrama un disco importante y una escucha totalmente enriquecedora es cómo a pesar de tener una narrativa pesimista con letras que aluden a noches interminables de alcohol y drogas se pueden percibir los deseos de supervivencia de una mujer atravesando el camino hacia la adultez. Es perfectamente posible afirmar que hay discos que condensan un contexto histórico y a una generación determinada. Es difícil caracterizar a una juventud esperanzada y liberada como la de los ’60 sin analizar los movimientos cultuales empujados por discos como Sgt. Pepper’s o Pet Sounds, así como también entender el nihilismo de la generación X sin leer entre las lineas de un disco como Nevermind. El tiempo lo dirá, pero Melodrama es una obra que dentro de décadas tranquilamente podría servir perfectamente para responder como fue ser joven durante la era millennial. – Federico del Val
04. Luca Bocci – Ahora
Independiente
El álbum debut de Luca Bocci es una muestra de que los pibes mendocinos no solo están siendo de capaz de generar la música más interesante de esta nueva generación, sino que también lo hacen cerca de la diversidad y de una búsqueda constante, que no se queda a dormir en el término “indie”. Con un sonido que remite al rock nacional más clásico (de la mano de un Charly García post-Serú Girán y las primeras composiciones de Los Abuelos de la Nada), el líder de la banda Alicia lanzó en abril un disco que se sirvió de la simpleza para exponer, con fuerza, lo más auténtico de su persona. Ahora que sus canciones ya no son complicadas, el Bocci pisa fuerte y con dulzura, abrazando con su música a les jóvenes de toda Latinoamérica. – Lisandro Ruiz Díaz
03. Kendrick Lamar – DAMN.
Interscope / Top Dawg Entertainment
Charly García dijo una vez que un músico que solo canta sobre las cosas que le pasaron es, más que un músico, un periodista. Sin embargo uno de los atractivos de Kendrick Lamar es su forma de narrar desde su propia carne las intrincadas verdades que lo acompañaron toda su vida. Desde su trono en el género y su lugar de máximo peso en la música contemporánea, Lamar aún se arrodilla ante su historia, su generación y todo aquel que se sienta afectado o motivado por su gracia. Dos años después de To Pimp A Butterfly, nos trae otra ópera hip-hopera versátil y genuina, que gracias a sus virtudes musicales y líricas es capaz de interpelar incluso al más desprevenido. – Lisandro Ruiz Díaz
02. Juana Molina – Halo
Crammed Discs
Halo es el séptimo álbum de estudio de Juana Molina. Wed 21 ya demostraba un alto grado de mutabilidad y progresión, pero siempre contenido por la duración de canciones pop. En contraste a su predecesor, Halo es más libre: esto es, sus temas pertenecen al reino de lo abstracto, invitan desde su introspección y se toman su tiempo para oxigenarse, explorar madrigueras sónicas y llegar a destino, tal vez profundizando las tendencias sugeridas en “Ay, No Se Ofendan”. Es una decisión valiente teniendo en cuenta la extroversión bailable de lo anterior. No obstante, este trabajo propone mundos habitables que concitan la atención desde lo enigmático e inducen al trance onírico. Es algo poco frecuente que un músico, tan adentrado en su carrera, siga lanzando material que exprese su identidad y simultáneamente suene novedoso. Halo es una obra autónoma, sí, pero asimismo es intrínsecamente Juana Molina: es un disco que no podría haber hecho nadie más. “¿Y ese halo con forma de rombo? / Te espero entre las piedras del fondo / Quiero mostrarte lo que escondo”, entona ella en la lentísima canción homónima. Con cada lanzamiento que pasa, Juana sigue creciendo y sorprendiéndonos con nuevos secretos musicales. – Bartolomé Armentano – Reseña completa